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Post-Impresionismo

Descripción

Conocidos por sus diversos y distintivos estilos y por sus percepciones subjetivas del mundo que los rodeaba, los postimpresionistas fueron pioneros en cuanto a la forma de hacer arte a finales del siglo XIX. A diferencia de los impresionistas que los precedieron y los fovistas que vinieron después, los artistas postimpresionistas no compartían un solo enfoque estético. En cambio, lo que los unió fue un interés común en explorar abiertamente la mente del artista.

Dada la variedad de estilos, técnicas e incluso temáticas presentes en las pinturas postimpresionistas, definir el movimiento puede ser difícil. Sin embargo, al hacer un recuento de su historia, identificar a sus artistas y determinar sus características distintivas, se puede empezar a comprender el significado histórico y simbólico de esta corriente artística.

La noche estrellada de Van Gogh | Vincent van Gogh
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Datos Principales
  • HISTORIA
    Entre 1870 y 1880, el impresionismo era la corriente vanguardista dominante en Francia. Sin embargo, muchos nuevos artistas no estaban de acuerdo con el enfoque impresionista en la forma en vez de la temática. Con la intención de revolucionar el mundo del arte contemporáneo, varios artistas con estilos disímiles—incluyendo a Paul Cézanne, Paul Gauguin, Vincent van Gogh, Georges Seurat, Henri Toulouse-Lautrec y Henri Rousseau—formaron el grupo de los postimpresionistas.
    Al igual que los impresionistas, los postimpresionistas compartieron su trabajo con el público a través de exhibiciones independientes por todo París. En 1910, el conocido crítico de arte, historiador y curador Roger Fry acuñó el término “postimpresionismo” en su exposición Manet y los postimpresionistas. Al igual que los artistas de esta corriente, Fry creía firmemente que la belleza del arte está intrínsicamente anclada a la percepción. “El arte es una expresión y un estímulo a la vida imaginaria más que una copia de la vida real”, explica Fry en An Essay in Aesthetics. “El arte aprecia la emoción por sí sola. El artista es un constante observador de su entorno y el menos afectado por su valor estético intrínseco. Al contemplar un campo de visión específico, la conjunción estética caótica y accidental de formas y colores comienza a cristalizarle en una armonía”. Hoy en día, estas ideas nos ayudan a entender el hilo conductor entre estos artistas.

  • Contexto Social
En el siglo XIX tiene lugar el colapso de los imperios Español, Francés, Chino, Romano y Mogol de la India. La desenfrenada revolución industrial aparece y permite la evolución y el rápido crecimiento de las ciudades.

En esta época aparecen las ciudades modernas que se conocen hoy en día, se producen nuevos inventos, cambios que causaron una transformación en la sociedad y potenciaron el crecimiento de la clase social burguesa, la cual a su vez favoreció la masificación de formas artísticas tradicionalmente ligadas a clases altas, como la ópera y el ballet. El arte pictórico por su parte experimentó un fenómeno diferente, comenzaron aparecer artistas que de una forma reivindicativa tomaban los cánones existentes y los transformaban a su gusto, de una manera sumamente personalista.

Los pintores impresionistas son testigos y algunos partícipes de estos cambios, después de unos pocos años la mayoría se asienta en el postimpresionismo. Plasman los ideales de individualismo y objetivismo, que propugnan las corrientes intelectuales del momento.

Características clave
  • SIMBOLISMO EMOCIONAL
Como explica Fry, los postimpresionistas creían que una obra de arte no debería de girar alrededor de un estilo, proceso o enfoque estético en particular. En cambio, la obra debería de hacer énfasis en el simbolismo al comunicar los pensamientos más profundos del subconsciente del artista. En lugar de emplear el sujeto como una herramienta visual o como un medio para un fin, los postimpresionistas lo percibieron como una forma de transmitir sentimientos. Según Paul Cézanne, “una obra de arte que no comenzó en las emociones no es una obra de arte”.



  • COLORES LLAMATIVOS
“¡El color! Qué profundo y misterioso lenguaje, el lenguaje de los sueños”. -Paul Gauguin

A diferencia de los impresionistas, quienes buscaban capturar los efectos de la luz natural sobre los tonos, los postimpresionistas deliberadamente adoptaron una paleta de color artificial para representar su percepción emocional del mundo que los rodeaba. Tonalidades saturadas, sombras multicolor y una gran variedad de colores son evidentes en la mayoría de las pinturas postimpresionistas, mostrando el enfoque innovador e imaginativo de los artistas hacia la representación.

  • PINCELADAS DISTINTIVAS
Al igual que las pinturas que pertenecen al impresionismo, la mayoría de las pinturas postimpresionistas presentan pinceladas gruesas y perceptibles. Además de añadir textura y un sentido de profundidad a la obra de arte, estas marcas también apuntan a las cualidades pictóricas de la obra, dejando claro que no pretende ser una representación realista.

Vincent van Gogh, ‘Dos figuras en el bosque' (1890)                     


Vincent van Gogh, detalle de  ‘Dos figuras en el bosque' (1890)                     


Paul Cézanne, ‘Las grandes bañistas' (1898–1905)                    
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Representantes y sus obras

  • Nils Dardel

    El dandy moribundo
    "El dandy debe aspirar a ser sublime sin interrupción. Vivir y dormir frente a un espejo”

    Tres mujeres y un hombre lloran la muerte de la figura central, el elegante dandy moribundo. Su cabeza descansa sobre una gran almohada, sujetada por las mujeres de la blusa azul y la blusa rosa, mientras la mujer de naranja le cubre el cuerpo con una colcha. En segundo plano, un hombre vestido con un traje morado llora desconsoladamente y se seca las lágrimas con un pañuelo.

    En su lecho de muerte, con la mano izquierda sobre el corazón, el protagonista no mira de forma piadosa hacia el cielo, como es de costumbre, sino que emplea su último aliento en contemplar su imagen en un espejo de mano. Según Charles Baudelaire, vivir y dormir frente al espejo era un símbolo de dandismo. De esta manera, el pintor sueco Nils Dardel sugiere que su última preocupación es su aspecto físico y su belleza externa, posiblemente a modo de parodia del genero pictórico de los retratos de individuos en su lecho de muerte.


  • Paul Gauguin

    Cristo amarillo
    Ictericia, síntoma de inminente modernidad.

    De entre las 53 pinturas que Gauguin pintó en 1889 se encuentra este Cristo amarillo, lienzo de temática religiosa que el ex-marinero suma a su producción de ese mismo año con Cristo en el huerto de los Olivos, Cristo verde y Autorretrato con Cristo amarillo (que acabaría el año próximo).

    Realmente el pintor ya mostraba al mundo su lado más piadoso el año anterior con La visión del sermón o Lucha de Jacob contra el ángel. La venta de estas pinturas le sería necesaria para costearse su futuro viaje a Tahití (que tendría lugar en 1891). Son momentos en los que el parisino ya ha dejado de compartir fraternidad artística… y algunas violencias, con Vincent Van Gogh, apareciendo la inflexión.


  • Paul Signac

    La entrada al puerto de La Rochelle
    Miles de piedras preciosas.

    El efecto del agua que tiembla levemente a medida que los barcos arriban al puerto, las banderas francesas flameando por el viento que casi podemos sentir golpeando nuestras caras, y las nubes que intercambian profundidad y degradación, nos ofrecen una imagen vívida con la máxima precisión de detalle y suaves transiciones de los gradientes de color, con una saturación que en su momento fue muy novedosa, y que hasta hoy en día nos sorprende e hipnotiza cuando nos topamos con este tipo de pinturas en el salón de un museo.

    La luminosidad de esta obra y la intuición que representa se ve a su vez combinado con la técnica casi científica que aplica el puntillismo. Si se hace zoom en el cuadro, nos podremos encontrar con un nivel de detalle realmente emocionante.


  • Vincent Van Gogh


    Noche estrellada sobre el Ródano
    Porque la noche pertenece a los amantes.

    ¿Quién no quisiera pasear un rato bajo una de las noches estrelladas de Van Gogh? En esta ocasión, Vincent representa las orillas del río Ródano, en la ciudad de Arlés. Durante este tiempo en Arles, Van Gogh se obsesionó con capturar las luces que observaba en el cielo nocturno: Por fin, el cielo estrellado pintado en la noche misma.

    Lo primero que capta nuestra atención es el reflejo de las luces en el agua bajo el cielo nocturno espectacularmente estrellado. Las estrellas de gran tamaño nos dan la sensación de que tuviesen vida propia: Mirar a las estrellas siempre me pone a soñar. ¿Por qué, me pregunto, no deberían los puntos brillantes del cielo ser tan accesibles como los puntos negros del mapa de Francia

    Van Gogh se dirigió al sur de Francia en busca de paz y tranquilidad. A pesar de que su tiempo allí fue muy caótico, en La noche estrellada en el Ródano, podemos apreciar calma y serenidad.

    Si bien esta obra se destaca por sus pinceladas energéticas y expresivas, para Van Gogh, lo más importante era el color. En una de sus cartas a su hermano Theo, reflexiona: El pintor del futuro será un colorista como nunca se ha visto. Van Gogh fue un especialista en capturar la belleza de la naturaleza, lo fascinante en un paisaje terrenal. Esta vez, contrastando dos de sus colores favoritos: azul y amarillo.

    Una pareja de ancianos caminan por la costa tomados del brazo, pacíficamente. Unas barcas reposan junto a una pequeña playa. Si bien se encuentran en el primer plano de la obra, la pareja pasa casi desapercibida con sus tonos oscuros; Van Gogh enfatiza el brillante cielo nocturno.

    En segundo plano, se asoma la ciudad al otro lado del río, cuyo contorno casi se funde con el cielo. El resplandor de los edificios y las linternas de los botes también se reflejan en la superficie del agua en rayas infinitas, con pequeñas ondulaciones, haciendo este reflejo más realista.


  • Pierre Bonnard

    Marthe entrando al salón
    El ritmo de la cotidianeidad.

    Esta pintura es parte de su último periodo artístico, cuando Pierre Bonnard se dedicaba en gran parte a ejecutar escenas del interior de su hogar, como naturalezas muertas en distintos espacios, fragmentos de la vida de Marthe y vistas desde sus ventanas.

    Es una obra donde predomina la verticalidad, los largos trazos que cruzan el campo del cuadro, perdiéndose en el lado superior, se rodean —pero no atraviesan— por los elementos restantes de la escena, quedando la apertura de la puerta como parte y centralidad de la representación. Bonnard nos da una especial vista de sus espacios retratando a Marthe, la mujer que vive con él, atravesando de un cuarto a otro, nos logra dar una idea de cómo se vive ahí, de una especie de ritmo de su cotidianidad. La escena se conforma de un conjunto de elementos a medias, construye una totalidad desde lo parcial, desde lo efímero.

    Es común y distintivo en la pintura de Bonnard el retratar momentos en proceso, como si el conjunto interior del cuadro fuera producto más del azar que de un arreglo a voluntad. Esto se percibe, además de en la figura en tránsito, en la porción que nos deja ver de la mesa, por el lado inferior. Un mantel desarreglado, un par de platos que no conforman un arreglo formal, confirman ese aire casual de sus composiciones. A diferencia de otros de sus contemporáneos que preparaban una obra disponiendo de sus elementos, previo a la ejecución de la pintura, Bonnard prefiere la espontaneidad de los procesos habituales de su hogar, los cuales además suele pintar desde el recuerdo más que copiando modelos.


BIBLIOGRAFÍA

  • https://historia-arte.com/obras?movement=post-impresionismo
  • https://www.todocuadros.com.pe/estilos-arte/postimpresionismo/
  • https://mymodernmet.com/es/postimpresionismo/
  • https://www.historiando.org/postimpresionismo/
  • https://historia-arte.com/movimientos/post-impresionismo



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